Chequeo Intestinal: Prebióticos y Probióticos [INFOGRAFÍA]

Por Food Insight | 24 de octubre del 2018
Última Actualización 9 de noviembre del 2018

Escuchamos mucho acerca de todo lo que hay que comer para mejorar nuestra “salud intestinal”. Estas conversaciones casi siempre involucran una discusión sobre alimentos que contienen prebióticos y probióticos. ¿Pero qué son exactamente? ¿Dónde podemos encontrarlos? ¿Y realmente benefician nuestra salud? Sigue leyendo para conocer los detalles.

La Organización Mundial de la Salud define los probióticos como “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud al huésped”. La premisa es que el consumo de probióticos aumentará o restablecerá el equilibrio de nuestro microbioma intestinal, que son los microbios que habitan nuestro tracto gastrointestinal. Las bacterias probióticas son necesarias para la fermentación de la leche en el yogurt y el kéfir. También son responsables de transformar los vegetales en alimentos como el kimchi y el chucrut. Durante la fermentación, las bacterias o levaduras convierten los almidones y azúcares que se encuentran en los alimentos en alcohol o ácidos.

A medida que su popularidad crece, los probióticos ya se le agregan a todo tipo de alimentos y bebidas. Los productos que contienen probióticos los mencionarán en el empaque de los alimentos con la frase “contiene cultivos vivos y activos”. La etiqueta del producto también incluirá los tipos específicos de bacterias en la lista de ingredientes.

La definición técnica de prebióticos es “un sustrato que es utilizado selectivamente por los microorganismos anfitriones que confieren un beneficio para la salud”. En términos más simples, podemos pensar en ellos como sustancias en alimentos que no pueden ser degradados por las enzimas digestivas humanas. En cambio, los prebióticos viajan a nuestro tracto gastrointestinal inferior donde son fermentados por bacterias probióticas. En pocas palabras, los probióticos son microorganismos que son beneficiosos para nuestra salud y los prebióticos son los que alimentan a los probióticos. Frutas, verduras, cereales y otras plantas comestibles tienen potencial para proporcionar prebióticos. Alcachofas, espárragos, plátanos, bayas, achicoria, ajo, vegetales verdes, legumbres (como guisantes y frijoles), cebollas, tomates, avena, cebada y trigo son algunas de las fuentes de fibra prebiótica natural. Si eres alguien que lee las etiquetas nutrimentales de los alimentos, es posible que hayas notado algunos elementos en la lista de ingredientes como lactulosa, inulina y oligosacáridos, que también están clasificados como prebióticos. A veces se les llama fibras “aisladas” o “sintéticas” porque se agregan a alimentos como barras de granola, cereales y yogurt para aumentar su contenido nutrimental y no están intrínsecamente presentes en el producto original.

A medida que continuamos aprendiendo más sobre cómo nuestra salud intestinal afecta nuestro bienestar general, está claro que los prebióticos y los probióticos son jugadores importantes en el juego. También es evidente que se necesita mucha más investigación. Aquí hay algunas cosas a tener en cuenta:

  • Se piensa que muchas cepas probióticas son ciudadanos transitorios del tracto gastrointestinal, que aparecen después de consumirlas, beberlas o tragarlas y luego siguen su camino. Manteniendo una presencia continua de estos microbios probióticos puede requerir reintroducirlos repetidamente, por ejemplo, tomando varias cápsulas de probióticos por día o haciendo que el yogurt sea parte de tu patrón de alimentación diaria.
  • Todavía no sabemos cuál es la cantidad “ideal” de ingestión diaria de prebióticos o probióticos y no hay un mapa de exactamente qué cepas de bacterias probióticas usan qué tipo de prebióticos. Esto dificulta la mejora selectiva de la presencia de diferentes tipos de bacterias beneficiosas, lo que puede convertirse en un factor importante para nuestra salud.
  • Hay muchas cepas diferentes de probióticos y los estudios de investigación a menudo evalúan solo una de ellas o una mezcla de algunas. Esto significa que no pueden aplicarse los resultados de un estudio a la categoría de probióticos en su totalidad.
  • La mayoría de los estudios de prebióticos y probióticos son pequeños y utilizan diferentes dosis y métodos de administración (por ejemplo, suplementos dietéticos frente a alimentos).
  • No está claro si algunos productos que promueven su contenido probiótico realmente cumplen con esa declaración. Muchas cepas de bacterias son eliminadas por altas temperaturas y procesos como la pasteurización, que es un paso crucial para la seguridad de los alimentos. En resumen, estamos muy lejos de dar una idea de cómo o si los probióticos afectan la salud de la mayoría de las personas.
  • Los probióticos pueden no ser seguros para las personas con sistemas inmunitarios severamente reprimidos, como los que están gravemente enfermos, las personas con VIH / SIDA, las que han recibido un trasplante de órganos y las personas que reciben quimioterapia para el tratamiento del cáncer.

Mientras esperamos más respuestas, no estaría mal comenzar a aumentar tu ingestión de prebióticos y probióticos. Hacerlo, puede que te dé un buen impulso nutrimental, ya que se encuentran en alimentos que son saludables y por muchas más razones, las cuales van más allá de la salud intestinal.

Para conocer más sobre los prebióticos, los probióticos y otros alimentos que afectan nuestro microbioma intestinal, eche un vistazo a nuestra serie de Chequeo Intestinal.

Este blog fue escrito por Casey Evans, miembro de Sylvia Rowe en 2018, e incluye contribuciones de Allison Webster, PhD, RD.