Cómo previenen el “efecto Dunning-Kruger” los bibliotecarios – febrero 2016

Si me hubieras preguntado hace cinco años sobre lo que estaría haciendo ahora, te hubiera dicho que tendría algo que ver con una biblioteca o archivar, específicamente, en una universidad o tal vez una sociedad histórica. Desde una edad muy joven, he estado fascinada con el aprendizaje. Antes de la explosión tecnológica que hemos visto en las últimas dos décadas, más o menos, fuera de la escuela aprenderías yendo a la biblioteca. Por lo tanto, no es sorprendente que después de terminar mi licenciatura, me enfoqué para obtener mi maestría en bibliotecología.

Sí, para ser una bibliotecaria, en realidad se necesita un título de maestría en biblioteconomía o ciencias de la información. Y no, convertirse en una bibliotecaria tiene muy poco que ver con la lectura de libros y mucho más con la tecnología, la investigación, la gerencia y el servicio al cliente.

En la superficie, mis antecedentes como bibliotecaria parecen no estar relacionados a mi posición en Food Insight, pero mirando más de cerca, las habilidades que aprendí mientras estaba en la escuela, me enseñaron a comunicar con eficacia información basada en la ciencia a través de las redes sociales, una parte integral de mi trabajo.

La comunicación precisa de información en esta era, puede ser bastante difícil. Cualquiera puede crear una página web y muchas personas usan Google sin saber que sólo es un motor de búsqueda que ofrece resultados basados únicamente en palabras clave, no en un website fidedigno; incluso el sitio más tonto, desagradable y menos objetivo e incompetente, puede verse lo más informativo y preciso.

Aunado con el hecho de que la mayoría de la gente evita la comprobación de los hechos, encontrarás que algunas personas están atrapadas en el efecto “Dunning-Kruger“, es decir, la tendencia de las personas con poca experiencia a sobreestimar sus conocimientos y habilidades. Veo esto con información sobre nutrición, dieta, tecnología agrícola y biotecnología de alimentos.

Si vas a ir a una biblioteca y pedir información sobre estos temas, se te daría información significativamente más precisa que lo que encontrarías en muchos blogs y sitios web. ¿Por qué? Porque es el deber de un bibliotecario proporcionar a los clientes información precisa y basada en hechos, independientemente de sus preferencias personales.

Los investigadores estamos, en esencia, entrenados para ser éticos. Nuestras opiniones no deben afectar nuestro trabajo ni la capacidad de proveer a nuestros clientes con temas fuera de nuestra zona de confort. Hacer esto, no sólo va en contra del Código de Ética de la Asociación americana de Bibliotecarios, sino que podría también, potencialmente, hacer que nos despidan.

Muchos tienen la idea errónea de que los bibliotecarios sólo proporcionan libros para el público, pero hacen mucho más. Hay diferentes tipos de bibliotecarios, tres, en particular.

Los bibliotecarios de referencia son los más fácilmente reconocibles. Se sientan en la recepción de la biblioteca y te preguntan si necesitas ayuda para encontrar algo. Si bien muchos de ellos son ignorados o sólo se les pregunta en dónde está algún libro, sus habilidades pueden ser utilizadas de manera mucho más eficaz. Si tienes alguna investigación que necesites hacer, pregúntale al bibliotecario de referencia. Él o ella te pedirán “las preguntas de referencia” que les proporcionarán una comprensión a profundidad del tipo de información que estás buscando. Éticamente, no podemos influir en las conclusiones, sólo proveer los medios de información que te darán los datos más objetivos, basados en hechos reales.

Otro tipo de bibliotecario es un bibliotecario de adquisiciones o uno que almacena la biblioteca con recursos tales como libros, recursos electrónicos, almanaques, revistas o videos. Un bibliotecario de adquisiciones pasa por el proceso de búsqueda de fuentes precisas y basadas en hechos para la demografía de la biblioteca. Por ejemplo, para una biblioteca en leyes, el bibliotecario de adquisiciones encuentra fuentes legales relativas a la labor de los abogados.

Por último, los bibliotecarios de investigación son aquellos que sólo investigan. Por lo regular están trabajando en centros de investigación, instituciones educativas y bibliotecas especiales como médicas, legales o de negocios. Los bibliotecarios de investigación más famosos (en mi opinión) son los que trabajan en el Servicio de Investigación del Congreso. Muchas veces, los bibliotecarios de investigación tienen una segunda licenciatura avanzada, en el tema en el que se especializan.

Así que, si tienes alguna pregunta que tenga que ser respondida, ve a una biblioteca. Ese es mi argumento de ventas como bibliotecaria, pero si no quieres ir a una biblioteca, hay otros consejos para navegar por Internet para encontrar información precisa basada en hechos.

1. Autoridad sobre un tema: ¿Por qué estoy escribiendo sobre la ciencia de la biblioteca y bibliotecarios? Porque tengo una maestría en la ciencia de la biblioteca y he sido una bibliotecaria. Tengo mucha más experiencia en el tema que alguien que leyó un artículo sobre el tema. Lo mismo debe decirse sobre cualquier tema que estés investigando. Si quieres saber acerca de la nutrición, deberías estar recibiendo asesoramiento de un dietista registrado no necesariamente un “nutricionista”, cuyo fondo está en la psicología. Si quieres saber sobre la agricultura, habla con alguien con un título en la agricultura, un economista en agricultura o alguien que en realidad tenga una granja, no alguien que tiene un pequeño jardín en el balcón.

2. Fuentes creíbles: Cada vez que alguien ofrece información, él o ella necesitan citar las fuentes que influyeron en su opinión. Y cuando se postea en línea, será mejor que venga acompañado de los links de la fuente original. Si un artículo dice “Originalmente reportado por [nombre del periódico]”, entonces más vale que el link vaya directamente a ese periódico. Lo mismo pasa con los estudios de investigación. Y asegúrate de realmente darle clic a ese link. Ha habido un par de veces cuando le doy clic a un link y me encuentro con que no va a la fuente original o la fuente original no dice nada de lo que el artículo insinuó.

3. Información actual: Estamos en el 2016, no cites algo que es de 1973 a menos que estés discutiendo historia o las tendencias históricas. Asimismo, en relación a los estudios de investigación, si algo ha sido suprimido o en refutado, no hay que citarlo tampoco. Es información vieja e incorrecta que ha sido nula y sin efecto.

4. El plagio: El plagio es un gran “no”. Todo lo que ha sido plagiado y no se atribuye correctamente, es muy sospechoso. Además, no caigas en la práctica “copiar y pegar” con el autor diciendo algo como, “no lo sabía” o “Vaya, voy a evitar esto.” A veces veo esto en forma de listas de “ingredientes” que evitar. Te puedes dar cuenta de que el autor (es) acaba de tomar la información a su valor nominal sin haber verificado los hechos.

Con todo, los bibliotecarios sirven un gran propósito, asegurando que el público esté educado. Mediante el uso de mi experiencia en la biblioteca en mi actual posición, tengo la oportunidad de proporcionarle a las personas información basada en hechos sobre temas que no pueden entender. Sin mencionarlo, aprendo algo nuevo cada día.

Kamilah Guiden es la Directora de Medios Digitales de Food Insight. Recibió su maestría en ciencias de la biblioteca de la Universidad Católica de América. Es una bibliotecaria “incrustada” o un bibliotecario que aplica su experiencia bibliotecaria a un campo de no-biblioteca.