¡Achú!: Alimentos y otras “prescripciones” para sobrevivir la temporada de frío y gripe – Noviembre/Diciembre 2015

¡Achú!: Alimentos y otras “prescripciones” para sobrevivir la temporada de frío y gripe

Por Megan Meyer, PhD | Diciembre 21, 2015
Última actualización Diciembre 21, 2015

Además del clima frío y que los días se hacen más cortos, tenemos algo más que esperar: la temporada de resfriados y gripe. Mientras escribo este artículo, estoy haciendo mi mejor esfuerzo para superar un desagradable resfriado, así que voy a hablar de las formas de prevenir un resfriado, qué hacer durante la enfermededad y cosas que te pueden ayudar a que te recuperes. Pero primero lo primero.

Temporada de frío y gripe: ¿Qué es? ¿Qué la causa?

Los resfriados son más comúnmente causados por virus respiratorios llamados rinovirus, una palabra que se deriva del griego, y que significa “nariz”. Otros tipos comunes de virus que causan los síntomas de un resfriado incluyen los coronavirus, virus parainfluenza, adenovirus, enterovirus, virus sincitial respiratorio y virus de la gripe.

Debido a que muchos de estos virus mutan o cambian rápidamente y hay más de 200 tipos diferentes que causan síntomas parecidos al resfriado, es evidente por qué los resfriados y la gripe son muy frecuentes en la población general, especialmente entre los niños y los ancianos.

¿Cómo puedo protegerme contra la temporada de resfriados y gripe?

Esto me lleva a las vacunas, un tema que ha recibido un montón de atención en los últimos tiempos y sobre el cual podría escribir un buen rato.

En relación con el resfriado común, no existe una vacuna; sin embargo, existe una para la gripe estacional. La vacuna contra la influenza se desarrolla sobre la base de tres a cuatro virus circulantes, que los profesionales de la salud predicen que causará infección en la población general. Esta vacuna proporciona proteínas virales inactivas a las células inmunes especializadas principales, es decir, las células que combaten las infecciones. Si te infectas con las cepas de la gripe que se encuentran en la vacuna, tu sistema inmunológico será capaz de montar una respuesta adecuada y específica para prevenir la infección.

A causa del “cambio y desviación” viral frecuente (es decir, variedad y mutaciones), se requiere una vacuna anual. La eficacia de la vacuna varía cada año y puede variar de 10 a 60%. La eficacia de la vacuna depende de varios factores, tales como la similitud entre los virus de la vacuna y los virus circulantes, así como la edad, la salud y el sistema inmune de la persona que está siendo vacunada.

Estos números no tienen el propósito de desalentar la vacunación contra la gripe, sino que tienen por objeto fomentar la vacunación, ya que es la mejor manera de evitar que tú y quienes te rodean se enfermen.

Ya me vacuné pero quiero hacer más. ¿Hay algo que pueda hacer en términos de prevención?

Resulta que hay mucho que se puede hacer pata protegerse a sí mismo contra el resfriado o la gripe. En primer lugar, lávate las manos. El lavado de manos frecuente es una gran manera de prevenir la propagación de la infección.

Luego, asegúrate de dormir suficiente. Los estudios han demostrado que el sueño impacta dramáticamente sobre el sistema inmune, y la privación del sueño disminuye las respuestas de las células inmunes.

El ejercicio moderado también se ha relacionado con la estimulación de células inmunes específicas. Sin embargo, es importante destacar que muchos de estos estudios investigaron los niveles moderados de ejercicio y entrenamiento de resistencia, y han demostrado que ejercen un efecto opuesto sobre el sistema inmunológico.

¿Qué hay de la comida? ¿Los nutrimentos de la dieta ayudan a proteger contra la infección?

Los componentes de la dieta pueden ser especialmente útiles para mantener tu sistema inmune fuerte y así protegerte contra infecciones. No hace falta decir que una dieta equilibrada que incorpore frutas y verduras es una gran manera para que puedas protegerte contra la infección. Pero hay otras cosas que puedes hacer para aumentar tu protección. Repasemos lo que funciona y lo que no funciona tan bien.

En primer lugar, la vitamina C. Es posible que hayas visto la amplia hilera de productos en el mercado que anuncian la importancia de la vitamina C durante la temporada de resfriados y gripe, pero, ¿un aumento en el consumo de vitamina C en realidad ayuda?

Resulta que la relación entre la vitamina C y las infecciones respiratorias se ha estudiado extensamente. Un meta-análisis exhaustivo, realizado recientemente por la Biblioteca Cochrane, examinó 29 ensayos con más de 11,000 sujetos de estudio inscritos en un estudio de suplementación de 0.2 g/día o más de vitamina C, y descubrió que no había pruebas de que la vitamina C reduce la incidencia o severidad del resfriado común. Debido a esto, tomar grandes dosis de vitamina C puede no ser el mejor remedio para evitar el resfriado o la gripe.

Sin embargo, hay algunos suplementos que pueden proteger contra la gripe o resfriado común. A diferencia de la vitamina C, los minerales como el zinc y antioxidantes, como los flavonoides, poseen propiedades anti-virales potentes.

Un estudio doble ciego, controlado con placebo, utilizando pastillas de zinc, reveló que el tratamiento de zinc redujo significativamente las puntuaciones clínicas de una infección de resfriado común. Por otra parte, la Biblioteca Cochrane llevó a cabo una revisión de la intervención sobre el tratamiento de zinc para el resfriado común. Singh (et al) analizó los datos de casi 20 ensayos y más de 1,700 participantes, y encontró que el zinc se asoció con una reducción significativa en la duración de los síntomas del resfriado común.

Por otro lado, están los flavonoides, que son antioxidantes esenciales que se encuentran naturalmente en muchos alimentos de origen vegetal y poseen profundos efectos en la salud humana, tales como la disminución de la inflamación excesiva y regular el estrés oxidativo. Han sido identificados más de 8,000 compuestos de flavonoides y pueden ser categorizados en seis grupos: flavonoles, flavonas, isoflavonas, flavanoles, antocianinas y flavan-3-oles.

Los flavan-3-oles que se encuentran en el té verde, tales como epigalocatequina-3-galato (EGCG), han sido ampliamente estudiados en el contexto de infecciones de gripe. Diversos análisis han demostrado que el EGCG inhibe la replicación viral usando modelos in vitro y animales, lo que sugiere que el EGCG podría proteger contra la infección de la gripe en los seres humanos. Hasta entonces, tendremos que esperar a ver qué revelan los ensayos clínicos.

Esperemos que después de leer este artículo, la temporada de resfriados y gripe no te afecte y que estés más saludable durante estos difíciles meses. Así que ve a que te vacunen, lávete las manos con frecuencia, duerme lo suficiente, haz ejercicio moderado y lleva una dieta equilibrada.

A la primera señal de los síntomas o si quienes te rodean se empiezan a enfermar, toma un suplemento de zinc y/o bebe un poco de té verde.