Por Liz Sanders MPH, RD | 19 de septiembre de 2017
Última Actualización 11 de octubre de 2017
El Mes del Envejecimiento Saludable es un buen momento para considerar cómo cambian las creencias y los comportamientos en torno a los alimentos a medida que envejecemos. Además de lo que a menudo es un conjunto distinto de creencias sobre la nutrición y un conjunto cambiante de comportamientos alimentarios, los adultos mayores también tienen diferentes necesidades nutrimentales que sus contrapartes más jóvenes. A medida que el cuerpo envejece, procesa los alimentos más lentamente y requiere diferentes niveles de nutrimentos para alimentar el cuerpo, mantener la masa muscular y promover una salud cognitiva óptima.
Los hallazgos de la Encuesta de Alimentos y Salud 2017 incluyen un informe detallado enfocado exclusivamente en adultos mayores de 50 a 80 años. Este informe se realizó en colaboración con la Fundación AARP. Los hallazgos arrojaron nueva luz sobre las actitudes y percepciones sobre la alimentación de los adultos mayores. Veamos cómo se comparan con sus contrapartes más jóvenes.
Riesgos de salud
- Realidad: los adultos mayores se encuentran entre las poblaciones en mayor riesgo de diversas enfermedades crónicas. La enfermedad cardíaca y las complicaciones de la obesidad son las dos mayores preocupaciones para los adultos mayores. El riesgo de estas dos afecciones puede aumentar con una dieta deficiente y un ejercicio insuficiente, pero puede verse limitado por un estilo de alimentación saludable y una mayor actividad física.
- Encuesta de Alimentación y Salud 2017: los adultos mayores buscan beneficios específicos de los alimentos para abordar sus riesgos únicos para la salud. Para la población en general, el control/pérdida de peso es el principal beneficio que las personas están interesadas en obtener de los alimentos que consumen. Alrededor de los 50 años, los beneficios cardiovasculares comienzan a superar el control de peso, como los principales beneficios que los consumidores quieren de los alimentos. Esto muestra que los adultos mayores son conscientes de sus cambiantes necesidades nutrimentales y están buscando alimentos que los ayuden a alcanzar sus metas. Los adultos mayores, en comparación con sus contrapartes más jóvenes, también tienen más probabilidades de poder nombrar un alimento o nutrimento que pueda proporcionar los beneficios de salud que desean. Por lo tanto, no solo saben qué beneficios de salud quieren obtener de los alimentos, sino que también es más probable que sepan dónde buscarlos.
Líquidos y Fibra
- Recomendación: el líquido y la fibra son nutrimentos clave para un envejecimiento saludable. Es necesario beber pequeñas cantidades de agua u otros líquidos durante el día para mantenerse hidratado. A medida que el cuerpo envejece, la hidratación adecuada se vuelve cada vez más difícil. El sistema digestivo también tiende a desacelerarse a medida que envejecemos, por lo que la fibra puede ayudar a prevenir problemas como estreñimiento, distensión abdominal o malestar general del abdomen.
- Encuesta de salud y alimentación 2017: es más probable que los adultos mayores tomen medidas para mantenerse saludables, que los grupos de menor edad. También están trabajando para satisfacer sus necesidades de líquidos y fibras. Por ejemplo, muchos adultos mayores reportan sus esfuerzos para “beber más agua u otros líquidos y mantenerse hidratados” (88%) y “comer más frutas y verduras” (84%) en el último año. Además, alrededor de las tres cuartas partes de los adultos mayores reportan que hacen un esfuerzo para comer más granos integrales. Las frutas, verduras y granos integrales son excelentes fuentes de fibra. En conjunto, estas ideas muestran que los adultos mayores están dando pasos hacia una mejor hidratación y salud digestiva.
Como puedes ver, los adultos mayores son un grupo experto en nutrición. La Encuesta de Alimentación y Salud 2017 muestra cómo los adultos mayores pueden estar cambiando sus hábitos alimenticios para que coincidan con sus necesidades nutrimentales únicas y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Esto podría ser, al menos parcialmente, el resultado de en quién confían para su información. La encuesta muestra cómo los adultos mayores son más propensos a confiar en las conversaciones con los profesionales de la salud y los dietistas registrados como fuentes de información sobre qué comer y qué evitar. También tienen menos probabilidades, que los consumidores más jóvenes, de obtener información nutrimental de familiares y amigos. Esta confianza y fiabilidad en las fuentes con credenciales, como los profesionales de la salud y los nutricionistas registrados, podría estar poniendo a los adultos mayores en el camino hacia una buena nutrición.
Para obtener más información sobre cómo las necesidades de nutrición cambian con el tiempo y cómo obtener los nutrimentos que se necesitan para un envejecimiento saludable, consulta este recurso.
Adam Sachs, pasante dietético de la Universidad de Maryland, contribuyó a esta publicación.