Por Liz Sanders MPH, RD, LDN | Dic 19 2014
Última Actualización Dic 19 2014
Al igual que cualquier otro año, el 2014 tuvo su moda pasajera sobre alimentación y nutrición. Sin lugar a dudas, las redes sociales ayudaron a producir la naturaleza viral de algunas de estas tendencias. Cada tipo de consumidor, desde los adolescentes, los Millennials, hasta los adultos, podría encontrar fácilmente blogs y sitios web que promocionan el último truco para la pérdida de peso o el remedio de salud para todo. Pero al igual que con otras tendencias de la dieta en el pasado, sabemos que no hay una solución única y muchas de estas modas no se basan en investigación científica creíble. Al mirar hacia el 2015, anticipamos algunas tendencias persistentes que requerirán comunicaciones y contexto con bases científicas, con el fin de mejorar la comprensión de los consumidores.
1. Hemos llegado “a la cima de los cocos”: En la comunidad en línea sobre la comida y la nutrición, el 2014 fue un viaje de un año para los trópicos. La desinformación que promocionan los beneficios del aceite de coco es frecuente en los medios sociales, con los bloggers y los anuncios que prometen que el aceite de coco podría curar todos los problemas de salud que van desde la obesidad hasta el Alzheimer. Aunque algunos estudios han asociado al aceite de coco con beneficios modestos para la salud en el aumento del colesterol HDL, definitivamente no es un “cura-todo”. Echa un vistazo a nuestra hoja informativa sobre el aceite de coco y la salud desde una perspectiva basada en la ciencia sobre la locura de aceite de coco.
2. Grasas Animales: ¿están de regreso? El aceite de coco no es la única grasa saturada que llama la atención de las personas que hacen dieta. Este año, los medios de comunicación tradicional y social por igual, han sido “batidos” con artículos sobre la mantequilla. Recientemente, la investigación en la revista Annals of Internal Medicine sugiere que el vínculo entre el alto consumo de grasas saturadas y la enfermedad cardiovascular, puede no ser tan fuerte como la comunidad científica pensaba. Este artículo de investigación llevó a muchos medios de comunicación a anunciar que “la mantequilla está de regreso”. Incluso, una revista importante fue más allá al aconsejar que los consumidores “comieran mantequilla“. Sin embargo, las Guías Alimentarias 2010 para los estadounidenses, recomiendan consumir no más de 10% del total de calorías provenientes de grasas saturadas, las cuales se mantienen actualmente en el boceto del Comité Asesor de las Directrices del 2015. La orientación alimentaria sobre la grasa total debe incluir no más de 20 a 35% de la ingestión diaria de calorías para adultos. Para obtener más información sobre las grasas dietéticas, ver grasas dietéticas de la Fundación IFIC: balanceando la salud y el sabor.
3. Comer “Puro”: “Puro”, “natural”, “orgánico”… todos hemos escuchado estos términos utilizados para describir ciertos alimentos y que, de paso, han sido utilizados para demonizar a otros alimentos. El hecho es que estos términos no significa automáticamente que el producto tenga menos calorías o más de algún nutrimento. Observaremos más esta tendencia en el 2015, pero, en última instancia, será sobrepasada por factores como el sabor y los costos, ya que la Encuesta de Salud y Alimentación de la Fundación del Concejo Internacional de Alimentación ha demostrado que estos factores son más importantes en las decisiones de compra en alimentos y bebidas (Fundación IFIC, 2014).
4. Etiquetado: Una imagen vale más que mil palabras, pero, ¿un paquete de alimentos puede lograr lo mismo? La propuesta de la FDA para etiquetar “azúcares añadidos” y el debate actual en torno a etiquetar los alimentos producidos con ayuda de la biotecnología, hicieron que el etiquetado fuera un tema importante en el 2014. Se espera que estas discusiones continúen en el 2015 e influyan las decisiones sobre alimentos y bebidas de algunos consumidores, en su búsqueda para mejorar su salud. Estos debates serán importantes para mejorar la educación y la comunicación científica respecto a potenciales cambios en la etiqueta. Por ejemplo, la Fundación IFIC llevó a cabo investigaciones sobre los consumidores para comprender cómo la gente podría interpretar “azúcares añadidos”, en el panel de información nutricional (NFP). Sus respuestas sugieren que el término “azúcares añadidos” no se entiende bien y disminuye la comprensión de la información relacionada con azúcares mencionados en la etiqueta nutricional. Se requerirían esfuerzos concertados para proporcionar orientación adicional sobre cómo interpretar correctamente y utilizar la información de los “azúcares añadidos”, si es incluida por la FDA.
5. “Una talla para todos”, los planes de pérdida de peso: Este año, los miembros de los medios sociales estaban entusiasmados con cualquier información que tuviera las frases: sin gluten, sin trigo, sin azúcar, sin leche, como una solución para la pérdida de peso. Las dietas sin gluten ya estaban de moda antes del 2013 y a pesar de que una gran cantidad de evidencia científica sugiere que no hay beneficio para la población en general, los consumidores la aceptaron cada vez más, en un intento de bajar de peso o para otros beneficios de salud, en el 2014.
Para los amantes del pan, hay ya algunos indicios de que esta tendencia puede ir de salida. Además, investigaciones recientes han sugerido que no hay “una sola talla para todos” ni existe “la mejor” forma para bajar de peso, y que quienes siguen una dieta, pueden perder peso por apegarse a un plan saludable que se ajuste a sus necesidades calóricas y preferencias de gusto, además de hacer alguna actividad física regular. (Para obtener más información sobre esta investigación, leer “Puntos de Investigación para la adhesión como factor clave para la pérdida de peso efectiva,” también en este número).
Puedes haber notado un patrón en las tendencias en la lista de temas que te presentamos, y es que algunos de ellos están respaldados por la ciencia sólida. Esto puede deberse, en parte, a que algunos de los accionistas exageran acerca de los efectos de un solo estudio, y a que los medios de comunicación lo hacen pasar como un hecho “sin valor”. Mientras que los científicos y profesionales de la salud tratan de equilibrar estas discusiones, por lo regular se hace después de que el artículo ya ha sido visto por miles y los comentarios en la parte inferior de estos, podrían ser ignorados. Con pocos hechos comprobables conocidos o al buscar interacción con los expertos en línea, puede ser difícil que el público sepa a dónde acudir para obtener información alimentaria y nutricional verdadera, y eso hace que los consumidores confíen cada vez más en su propio juicio o en las opiniones de amigos y familia sobre consejos alimenticios (Fundación IFIC, 2013), que podrían no ser los mejores. Si bien esto puede ser mejor que seguir la última dieta de moda, será importante mejorar la difusión de la ciencia para ayudarnos a tomar mejores decisiones en nuestro consumo.
Para mayor información, visita: Evaluating Scientific Evidence.
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