¿Alguna vez te has despertado con antojo de mijo africano o has querido sentarte a ver una película con algún buen cacahuate?

Probablemente no. El mijo y el maní, junto con tef, el ñame, la yuca y otros, son parte de una clase de cultivos que normalmente se les conoce como “cultivos huérfanos” porque tienden a recibir menos atención. Puede que los cultivos huérfanos no nos suenen familiares, pero están a punto de tener un gran impacto en la seguridad alimentaria mundial.

¿Qué son?

Los cultivos huérfanos son aquellos que no son objeto de comercio internacional, y por lo tanto tienden a recibir menos atención en términos de investigación y formación de la extensión agrícola. Normalmente se cultivan en África, Asia y/o América del Sur, y se comen como parte de la dieta local. Debido a que reciben menos atención y se les investiga poco, la tecnología de cultivo de los cultivos huérfanos, se está quedando muy por detrás de la tecnología moderna. Eso significa que las semillas que los agricultores plantan, tienen menos probabilidades de ser resistentes a las sequías, las inundaciones o temperaturas extremas; tienen una productividad más bajas y son más vulnerables a plagas y enfermedades.

Algunos ejemplos

Mijo: Producido en gran medida en la India, Nigeria, Níger y Malí, el mijo es un sembradío pequeño en forma de césped. Hay una serie de variedades de mijo y todas tienden a ser altas en magnesio (lo que ayuda a mantener la masa muscular y la función nerviosa), y son una buena fuente de antioxidantes.

Caupí: Normalmente se le conoce como “guisantes de ojo negro”. Se producen principalmente en Nigeria y Níger y son ricos en aminoácidos, en comparación con otros granos.

Guandú: Es una leguminosa que se produce mayoritariamente en la India, Myanmar (Birmania), Malawi y Uganda. Es rica en proteínas y fibra, y es muy buena para los cultivos intercalados o que crecen junto a otras plantas. Tiene un sistema de raíces profundas, por lo que no compite por los recursos con otras plantas, en realidad mejora el suelo porque lo provee de más nitrógeno.

Yuca: Uno de los cultivos huérfanos de mayor volumen, la yuca se produce principalmente en Nigeria, Tailandia, Brasil e Indonesia. En realidad es una raíz y es la tercera fuente más importante de calorías en los trópicos, después del arroz y el maíz.

Ñame: Aunque usamos la palabra “ñame” para referirnos a un tipo de patata dulce, los verdaderos ñames se producen en el África occidental (especialmente Nigeria, Costa de Marfil y Ghana). Son tubérculos ricos en almidón y se estima que 60 millones de africanos los comen todos los días.

¿Por qué nos interesan?

Los cultivos huérfanos son increíblemente importantes en los países donde son cultivados. Proporcionan ingresos para los agricultores más pobres y sirven como alimentos básicos en la dieta local. Aunque su tecnología de reproducción retrasada ha perjudicado su capacidad de recuperación, especialmente cuando son atacados por plagas y enfermedades, están adaptados de forma única para el medio ambiente en el que se producen.

¿Qué se está haciendo?

Una asociación público-privada llamada el Consorcio de cultivos africanos, con sede en Kenia, ha puesto en marcha un proyecto para “secuenciar, montar y realizar anotaciones en los genomas de 100 cultivos alimentarios tradicionales africanos”, que les permita criar plantas más nutritivas y resistentes. También se inauguró la Academia Africana para el Cultivo de Plantas, que está entrenando a 250 criadores de plantas locales para fortalecer la capacidad de cultivo donde se necesita desesperadamente para futuras innovaciones.

Pero los esfuerzos en los cultivos huérfanos abarcan más de un proyecto. El programa CGIAR sobre raíces, tubérculos y plátanos, está trabajando en la investigación para el desarrollo y crianza de mejores plantas, en hacer que el material de siembra esté más disponible para los agricultores, en el manejo de plagas y enfermedades, y en difundir mejores tecnologías de post-cosecha para que más de éstas se pueden comer.

Compatible Technologies International (CTI) trabaja principalmente en el procesamiento post-cosecha, para que varios de los cultivos huérfanos que se cultivan se puedan guardar durante la temporada de hambre. (Nota: Trabajé en una posición anterior con CTI en un proyecto de Senegal enfocado en el procesamiento post-cosecha de mijo perla).

Los resultados son más que simples cultivos. Las familias de agricultores que son capaces de crecer más, tienen más ingresos y pueden enviar a sus hijos a la escuela. Un mejor almacenamiento y procesamiento, permiten mantener excedentes de alimentos a lo largo del año, reduciendo así la hambruna. Y alimentos básicos más nutritivos, apoyan un crecimiento saludable, en mente y cuerpo, para los niños.

Reflexiones finales

Cuando pensamos en la comida, por lo general pensamos en nuestra tienda o restaurante local. Lo que me gusta de la comida, es que es diferente en todo el mundo, en iteraciones que no vemos todos los días. Tiene un impacto, no sólo en nuestros cuerpos, sino en nuestros corazones y mentes.

La comida y la tecnología que la trae, que va desde una idea, a una semilla, a una planta, a nuestros platos, es mucho más grande que lo que vemos todos los días.