Por FACTS Network | 20 de abril del 2017
Last updated May 16 2017
Un nuevo estudio ha examinado las asociaciones entre el consumo de bebidas endulzadas con azúcar y/o edulcorantes bajos en calorías y accidentes cerebrovasculares o demencia, incluyendo la enfermedad de Alzheimer.
Este estudio observacional particular (basado en la cohorte Framingham Heart Study) se basó en las respuestas al cuestionario de frecuencia alimentaria (FFQ, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Harvard, que pregunta a los participantes con qué frecuencia y cuánto consumen diferentes alimentos, bebidas y suplementos dietéticos.
¿Cómo se utilizan los cuestionarios de frecuencia de alimentos (FFQ) en la investigación de la nutrición?
Los FFQ que se utilizan en este estudio en particular, desempeñan un papel importante en la obtención de información sobre los patrones de la dieta a través del tiempo. Por lo regular, los datos de los FFQ se usan para evaluar cómo pueden estar asociados estos patrones dietéticos con ciertos resultados de salud.
Sin embargo, esto no significa que los FFQ sean perfectos. De hecho, hay muchos problemas inherentes con los FFQ. Tal como explica FiveThirtyEight, “la gente tiende a subestimar lo que consume y es posible que no confíe en comer ciertos alimentos o puede calcular mal los tamaños de sus porciones”. En el mundo científico, esto se conoce como sesgo de recuerdo.
Aparte de los problemas, los datos de los FFQ pueden ser muy útiles. Los estudios de observación que utilizan FFQ, pueden ser los primeros pasos importantes en la construcción del mayor cuerpo de la comprensión científica, pero son sólo eso, los primeros pasos. Estos tipos de estudios no pueden establecer causa y efecto; más bien, pueden ayudar a informar sobre los estudios experimentales, tales como los ensayos controlados aleatorios – el estándar de oro del diseño de la investigación. Tener datos tanto observacionales como experimentales, conduce a avances científicos en nutrición y en la ciencia de los alimentos.
Un estudio frente a la totalidad de la evidencia
Ahora que hemos cubierto la utilidad de los FFQ, vamos a adentrarnos en algunos de los hallazgos clave de este estudio. Sin embargo, este estudio encontró que beber al menos una bebida artificialmente endulzada diariamente, se asoció con el riesgo de desarrollar un accidente cerebrovascular o demencia, en comparación con aquellos que bebían bebidas artificialmente endulzadas menos de una vez a la semana.
Si aquí dejaste de leer, se te pudo haber ido el aliento. Sin embargo, puedes comparar estos hallazgos en el contexto de la totalidad de las pruebas sobre el tema y ahora sí ya puedes respirar. En primer lugar, es ampliamente aceptado que el colesterol alto, la diabetes y la presión arterial alta, son los principales impulsores de estas condiciones cerebrales. Un editorial que acompaña a este artículo afirma que el actual cuerpo de investigación que vincula las bebidas bajas en calorías con el accidente cerebrovascular y la demencia, no es concluyente. Hannah Gardener, experta en accidentes cerebrovasculares en la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami Miller, explica, en relación con la salud del cerebro: “No creo que tengamos la evidencia para decirle a la gente que deje de beber bebidas artificialmente endulzadas”.
¿Qué podemos hacer para prevenir el derrame cerebral y la demencia?
Vamos a dar un paso atrás y hablar sobre lo que la ciencia ha demostrado que podemos hacer para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular o demencia, incluyendo la enfermedad de Alzheimer. La edad (que por desgracia no podemos controlar), es el mayor factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer. La evidencia más fuerte demuestra que hay algunas cosas que podemos controlar para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer o la demencia, concretamente, la actividad física regular, el aprendizaje permanente y la estimulación mental. Una dieta saludable para el corazón y mantener un peso saludable, también pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o demencia. Los organismos autorizados en todo el mundo (como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la FDA de los Estados Unidos, Food Standards Australia New Zealand, Health Canada y las Directrices Dietéticas de EE. UU.), apoyan la seguridad y el consumo de edulcorantes bajos en calorías como parte de una estrategia de control de peso que incluye un dieta bien balanceada y ejercicio regular. Para aprender más acerca de la reacción del cerebro a diversas dietas y estilos de vida, escucha nuestro podcast con el Dr. Heather Snyder, Director de Relaciones Médicas y Científicas en la Asociación de Alzheimer.
Sería negligente no hablar sobre cómo se comunican estos hallazgos. El comunicado de prensa de AHA titulado “Las bebidas dietéticas y una posible asociación con accidente cerebrovascular y demencia; La ciencia actual sugiere la necesidad de más investigación”, es un reflejo preciso y reflexivo de lo que estos hallazgos ilustran. Sin embargo, la lectura de la cobertura de los medios de comunicación sobre esta investigación, ha demostrado lo contrario, lo que lleva a un frenesí de historias y titulares que difunden miedo y confusión.
Con esto en mente, nosotros (científicos, medios y comunicadores científicos), debemos trabajar juntos para hacer un mejor trabajo al evaluar la ciencia y comunicarnos apropiadamente sobre las fortalezas y las limitaciones de estudios nuevos. Así que antes de empezar a compartir este artículo y la cobertura de medios relacionados como prueba de que un alimento “x” causa resultado “y, vamos a asegurarnos de que también compartamos la perspectiva adecuada sobre estos datos. Es decir, esta es una parte del proceso científico que puede ayudar a informar a la investigación de seguimiento y, en última instancia, ayudar a pintar el cuadro completo de los tipos y cantidades de alimentos y bebidas en los que deberíamos enfocarnos para promover la buena salud.
Algunos comentarios sobre el análisis
Se determinaron las asociaciones entre el consumo y los resultados de salud utilizando tres modelos distintos, cada uno de los cuales trató de controlar diferentes variables o “factores de confusión”.
Según Anna Maria Siega-Riz, Ph.D. y Profesora de Ciencias de la Salud Pública y Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Virginia, aquí es donde el análisis es muy matizado. “Respecto al resultado de la demencia, una vez que ajustaron diversas condiciones como la presión arterial sistólica, el tratamiento de la hipertensión y la prevalencia de la enfermedad cardiovascular, la asociación entre el consumo acumulado de edulcorantes artificiales, ya no era significativo. Así, los resultados de la demencia podrían ser explicados por la presencia de estas condiciones. Si bien estos hallazgos fueron colocados dentro del contexto apropiado dentro del documento, no fue adecuadamente comunicado en los medios de comunicación y al público”.
Matt Raymond, Kris Sollid, RD, y Megan Meyer, PhD, contribuyeron a esta pieza.