Por Liz Sanders MPH, RD | 11 de octubre de 2017
Última actualización 12 de octubre de 2017
Alimentar a tu bebé o niño pequeño a veces puede parecer desalentador, especialmente si eres primerizo o si te enfrentas a un comedor quisquilloso.
A pesar del desafío, hay muchos consejos útiles que pueden hacer que el proceso de comenzar a darle alimentos complementarios, sea mucho más fácil para los padres nuevos y cuidadores. Un enfoque paciente basado en los principios de la alimentación receptiva puede ayudar a los bebés y niños pequeños a desarrollar patrones de alimentación saludables de por vida.
Comenzar temprano, incluso tan temprano como el embarazo, es clave para lograr que la dieta del bebé comience con el pie derecho. De hecho, algunas investigaciones han demostrado que los gustos a los que están expuestos los fetos en el útero, pueden ayudar a moldear sus preferencias innatas para ciertos alimentos. Entonces, si estás embarazada, esa ensalada que te comiste en el almuerzo, puede que esté logrando mucho más que sólo alimentar a tu bebé en crecimiento. Los sabores de esas verduras en realidad pueden dar forma a las preferencias de sabor del bebé a través del líquido amniótico, y hacer que sea más propenso a aceptar estos alimentos saludables cuando se le den más adelante en la infancia.
La mayoría de los bebés están listos para sus primeros alimentos complementarios alrededor de los 6 meses. Recuerda que los alimentos complementarios son los primeros alimentos que se introducen para ayudar a “complementar” la leche materna o la fórmula. Entonces, el término “complementario” es muy útil. Estos alimentos no están destinados a reemplazar la leche materna o la fórmula, la cual, aún debe ser la principal fuente de calorías y nutrimentos durante el primer año de vida. El papel principal de los alimentos complementarios es ayudar al bebé a que aprenda a comer. Gradualmente, variar los gustos y texturas en la dieta del bebé es una estrategia importante para aumentar su apetito por una variedad de alimentos saludables.
La hora de la comida también es una gran oportunidad para unir a toda la familia. Hay que comprometerse con el bebé durante la alimentación. Esto puede ayudar a que las comidas sean más divertidas para toda la familia y ayudar al bebé a que vea la comida como una experiencia positiva. Además, los bebés siempre te están mirando y aprendiendo, incluso cuando no te das cuenta. El modelado es una excelente manera de que tu hijo pruebe nuevos alimentos. Si le estás dando un alimento nuevo, cómetelo también. La investigación sugiere que esto puede hacer que el bebé sea más propenso a aceptar alimentos nuevos.
Utiliza esta infografía para comenzar con los aspectos básicos de un enfoque de alimentación receptivo. Estos cuatro consejos, junto con el recurso Starting Solids, ayudarán a desmitificar el proceso de alimentación de los bebés y niños pequeños.
Esta publicación de blog incluye contribuciones de Julia Werth, una pasante dietética de la Universidad de Maryland.