La vida es muy ajetreada para todos y puede resultar imposible bajar el ritmo y tomar decisiones intencionadas sobre los alimentos que comemos cada día. La mayoría de nosotros sabemos que si prestamos más atención a nuestro cuerpo, mente y comidas, podemos cuidar mejor nuestro bienestar general. Pero ¿cómo podemos alcanzar nuestros objetivos nutrimentales más elevados en el calor (o el hambre) del momento? Una forma de hacerlo es prestar más atención a las señales de hambre a lo largo del día. En concreto, comer bocadillos de forma consciente puede ayudar a prevenir el hambre extrema entre comidas más abundantes y a llenar los vacíos de nuestros nutrimentos diarios. Sigue leyendo para conocer cuatro sencillos consejos para ajustar la atención plena en relación con los bocadillos.
- Pregúntate qué estás buscando
¿De verdad tienes hambre? ¿O simplemente necesitas un descanso o algo de tiempo para ti? Nuestra Encuesta sobre Alimentación y Salud del 2024 reveló que el 73 % de los consumidores afirman que comen bocadillos al menos una vez al día, una cantidad que coincide con nuestros hallazgos de 2022, pero que representa un aumento con respecto al 58 % que dijo lo mismo en 2021. De los que comen bocadillos, el 43 % afirmó que lo hacen porque tienen hambre o sed, mientras que el 30 % afirmó que los bocadillos son un capricho para ellos. Si tienes hambre, averigua el sabor, la textura y la temperatura del antojo que buscas satisfacer antes de comer. Por ejemplo, puedes preguntarte: “¿Tengo ganas de algo dulce, salado o sabroso? ¿Crujiente o suave? ¿Caliente o frío?”. Enfocarse en esas necesidades puede evitar que comas en exceso alimentos que no son exactamente lo que buscas o necesitas.
- Checa primero cuánta hambre tienes
Prueba a usar una escala de hambre antes, durante y después del refrigerio. Antes de comer, tómate un momento para evaluar tu hambre en una escala del uno al diez. Si uno es “voraz” y diez es “lleno”, ¿dónde estás ahora? Si no estás seguro, prueba a comer un refrigerio pequeño y controla tu hambre hasta que te sientas cerca de un seis, que es “satisfecho”. Si estás más cerca del hambre, puede que sea el momento de tomar un refrigerio más grande o incluso una comida completa. (Para obtener más información sobre cómo sintonizar con tu hambre, consulta nuestra escala de eat-mojis consciente aquí).
- Tómate tiempo para observar y apreciar la comida.
Una vez que hayas decidido que es hora de comer algo, haz un esfuerzo por hacerlo más lento. Aunque solo sean unos minutos o segundos, tómate un tiempo para notar el olor, el sabor y la textura de la comida. Concéntrate en saborear las sensaciones de cada bocado. Y recuerda prestar atención a las señales físicas de hambre, saciedad y satisfacción mientras comes para poder responder debidamente, comiendo más o terminando el refrigerio.
- Conoce los principios del comer bocadillos de forma inteligente
Una buena regla general para garantizar que el refrigerio sea nutritivo, equilibrado y satisfactorio es prepararlo con selecciones de más de un grupo de alimentos. Esto lo ayuda a sentirse más lleno por más tiempo y le proporciona al cuerpo una variedad de nutrimentos. Los principales grupos de alimentos son los cereales, los lácteos, los alimentos proteicos y las frutas y verduras. Los refrigerios que se basan en varios grupos de alimentos pueden ser los siguientes:
- Galletas integrales (granos) y queso (lácteos)
- Yogurt sin azúcar (proteína) y arándanos (fruta)
- Nueces (proteína) y pepinos en rodajas (verduras)
- Aguacate en rodajas (fruta) y un huevo duro (proteína)
A la hora de picar entre comidas, confía en el proceso (¡de atención plena!). Para obtener más información sobre los snacks y la alimentación consciente, consulta estos recursos: