Por Alyssa Pike, RD
post – 13 de enero, 2021
Lo Básico de la dieta GAPS
La dieta GAPS es una dieta de eliminación que implica eliminar los cereales, los lácteos pasteurizados, las verduras con almidón y los carbohidratos refinados. La teoría de la dieta GAPS sostiene que la omisión de ciertos alimentos mejorará la salud intestinal, lo que en última instancia puede mejorar algunas afecciones del cerebro, incluido el autismo, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y la dislexia.
GAPS significa síndrome intestinal y psicológico (por sus siglas en inglés). Según la teoría GAPS, un intestino permeable, un término utilizado para describir un aumento en la permeabilidad de la pared intestinal, permite que los químicos y bacterias ingresen al torrente sanguíneo, causando una serie de consecuencias para la salud que van desde la “niebla mental” hasta el autismo. Es importante enfatizar que actualmente hay poca evidencia que sugiera que estas condiciones son causadas por un intestino permeable.
Directrices para la dieta GAPS
Seguir la dieta GAPS puede ser un proceso muy largo. Hay tres fases:
- Fase de introducción: la dieta GAPS
Ésta es la parte más restrictiva de la dieta. Se llama la “fase de curación intestinal” y puede durar de tres semanas a un año, según los síntomas de la persona. En esta fase, se eliminan los cereales, los productos lácteos pasteurizados, las verduras con almidón y los carbohidratos refinados, y los caldos, guisos y alimentos probióticos constituyen gran parte de los patrones de alimentación de una persona. La dieta GAPS recomienda pasar de una fase a la siguiente una vez que se puedan tolerar los alimentos que se han introducido. Se considera que se tolera un alimento cuando se tiene una evacuación intestinal normal.
- Fase de mantenimiento: la dieta GAPS completa
La dieta GAPS completa puede durar entre 1.5 y 2 años. Durante esta parte de la dieta, se aconseja a las personas que basen la mayoría de sus patrones de alimentación en los siguientes alimentos:
- Carne fresca, preferiblemente sin hormonas y alimentada con pasto
- Grasas animales, como manteca de cerdo, sebo, grasa de cordero, grasa de pato, mantequilla cruda y ghee
- Pez
- Mariscos
- Huevos orgánicos
- Alimentos fermentados, como kéfir, yogurt casero y chucrut
- Vegetales
- Cantidades moderadas de nueces
- Productos horneados con receta GAPS hechos con harinas de nueces
Las recomendaciones adicionales al seguir la dieta GAPS incluyen:
- No comer carne y fruta juntas.
- Utilizar alimentos orgánicos siempre que sea posible.
- Consumir grasas animales, aceite de coco o aceite de oliva prensado en frío en cada comida.
- Consumir caldo de huesos con cada comida.
- Consumir grandes cantidades de alimentos fermentados, si se pueden tolerar.
- Evitar los alimentos envasados y enlatados.
- Fase de reintroducción: transición de GAPS
La dieta GAPS sugiere que la fase de reintroducción puede comenzar después de haber experimentado una digestión y evacuaciones intestinales normales durante al menos seis meses. Sin embargo, esta fase de reintroducción puede llevar mucho tiempo, ya que implica volver a introducir lentamente los alimentos en la dieta.
La dieta no detalla el orden de reintroducción o los alimentos exactos que se deben reintroducir. Sin embargo, establece que se debe comenzar con papas y granos fermentados sin gluten.
Incluso una vez que se haya dejado la dieta, se recomienda continuar evitando todos los alimentos altamente procesados y refinados con alto contenido de azúcar.
La dieta GAPS y tu salud
Hasta la fecha, no hay investigaciones que respalden que la dieta GAPS pueda ayudar a tratar las afecciones que afirma. La dieta no ha sido probada científicamente, y las únicas afirmaciones en apoyo de esta dieta son anecdóticas. Además, las fases de introducción y mantenimiento son tan restrictivas que los adherentes podrían correr un riesgo grave de desnutrición.
Es cierto que hay evidencia emergente que muestra que nuestra salud intestinal y nuestro cerebro están conectados. Sin embargo, esa investigación se ha centrado principalmente en condiciones como la ansiedad y la depresión. La investigación sobre el microbioma intestinal aún está en su infancia, pero hasta la fecha la evidencia sugiere que ciertos alimentos (piensa en las frutas y verduras y probióticos y prebióticos) podrían impactar positivamente nuestro microbioma intestinal.
Conclusión
Es importante reconocer cuán desafiantes pueden volverse las necesidades dietéticas cuando a ti o a alguien cercano se le diagnostica una afección médica. Sin embargo, la dieta GAPS es demasiado restrictiva y carece de evidencia científica para justificar su implementación. La investigación que examina la conexión entre el intestino y el cerebro evoluciona continuamente. Si tienes inquietudes sobre tu salud o alguna dieta, te recomendamos que trabajes con tu médico y/o un dietista registrado local.
Este artículo contiene contribuciones de Kris Sollid, RD.