¿Por qué debes fijarte en las etiquetas de alimentos por alérgenos potenciales?

Hace poco leí un artículo sobre un joven que sufrió una reacción alérgica mortal simplemente por comer algo que estaba acostumbrado a comer, a pesar de que traía una advertencia. Muchos aseguran que estaba corriendo un riesgo; otros no. Una cosa es cierta, siempre hay que leer las etiquetas para determinar la presencia de alérgenos.

Soy uno de los 15 millones de estadounidenses que tienen una alergia alimentaria. He sido diagnosticado médicamente por un alergólogo certificado. Soy alérgico a los mariscos de crustáceos (camarón, cangrejo y langosta) que no es probable que se encuentren en muchos alimentos envasados. Sin embargo, soy concienzudo sobre la lectura de las etiquetas.

Estoy ansioso por leer la declaración de alérgenos. Esta es la realidad de la Ley del Etiquetado de Alérgenos Alimenticios y Protección al Consumidor (FALCPA por sus siglas en inglés), que exige que las etiquetas de los alimentos (incluyendo alimentos convencionales, suplementos dietéticos, preparados para lactantes y alimentos médicos) que contengan alguno de los alérgenos alimentarios principales (leche, huevos, pescado, moluscos crustáceos, cacahuetes, nueces, trigo y soja), lo indiquen en un lenguaje sencillo, ya sea en la lista de ingredientes o con frases como:

  • La palabra “contiene”, seguido del nombre del alérgeno principal, por ejemplo: “Contiene leche, trigo”
  • La lista de ingredientes con una especificación en paréntesis, por ejemplo, “Albúmina (huevo)”

(Fuente: Food Allergy Research and Education)

FALCPA ha hecho que sea más fácil para las personas alérgicas a los alimentos como yo, que sepan cuándo un alérgeno está presente en un producto.

Pero hay veces en que la presencia de alérgenos no es parte de los ingredientes y sucede que el producto pudo haber estado en contacto con los alérgenos en algún punto del proceso. Ahí entra la advertencia “puede contener…”. A veces se leen “puede contener cacahuates” o “procesado en una instalación que también fabrica productos de maní”, etc.

Para algunas personas, estas declaraciones en las etiquetas pueden ser confusas, pero presentan una oportunidad para aprender más y obtener una educación acerca de estos productos.

De acuerdo a FARE (Food Allergy Research and Education), “Si no estás seguro de si un producto pudiera estar contaminado o no, se debe llamar al fabricante para preguntar acerca de los ingredientes y prácticas de fabricación”. Cuando todo lo demás falla o si no tienes el tiempo para checar, no corras el riesgo. Busca otro alimento o producto que tenga identificado claramente el alérgeno o no.

Ninguna comida, no importa cuán sabrosa, vale la pena el riesgo.

Para mayor información, checa Managing Food Allergies por parte de FARE.