Por Alyssa Pike, RD
12 de julio, 2021
La inflamación se ha vuelto tan mediagénica que estamos viendo un nuevo término; una dieta antiinflamatoria está apareciendo en las conversaciones sociales. Pero ¿qué es la inflamación? ¿Siempre es mala? ¿Cuál es el papel de los alimentos en la disminución de la inflamación? Profundizamos en todas estas preguntas a medida que exploramos una dieta antiinflamatoria.
¿Qué es la inflamación?
La inflamación es la forma natural que tiene el cuerpo de protegernos del daño. Hay dos tipos de respuestas inflamatorias, agudas, a corto plazo y crónicas, que son a largo plazo. Un ejemplo de inflamación aguda es el dolor y la hinchazón que se produce poco después de golpearse la cabeza. Esta inflamación aguda se debe a que su sistema inmunológico envía glóbulos blancos para rodear y proteger la lesión. En unas pocas horas o días, esa inflamación desaparecerá.
Por otro lado, la inflamación crónica ocurre dentro de nuestro cuerpo durante un largo período de tiempo, a menudo sin síntomas visibles. La inflamación crónica puede deberse a muchos factores diferentes. Algunos incluyen inflamación aguda prolongada debido a una infección o lesión, un trastorno autoinmune, exposición prolongada a irritantes, estrés crónico, tabaquismo y alcohol. Aunque la inflamación juega un papel vital en la curación, la inflamación crónica puede aumentar el riesgo de diversas enfermedades, incluidos algunos cánceres, artritis reumatoide, enfermedades cardiovasculares, periodontitis y más.
¿Dónde entran los alimentos?
La inflamación es un proceso complejo, y una dieta antiinflamatoria generalmente se analiza en el contexto del manejo de la inflamación crónica, ya que la elección de alimentos puede influir en la inflamación. Cuando se trata de reducir la inflamación a través de los alimentos, esta dieta recomienda consumir alimentos densos en nutrimentos que contengan nutrimentos importantes como vitamina E, magnesio, fibra y antioxidantes como los polifenoles que son los que dan color y sabor a las frutas y verduras. Los antioxidantes actúan reduciendo los niveles de radicales libres, que son moléculas creadas naturalmente por nuestro metabolismo, pero que pueden provocar inflamación cuando los niveles están fuera de control.
Sin embargo, es importante ser claro, es poco probable que la elección de alimentos por sí sola resuelva la inflamación crónica. Es probable que su proveedor de atención médica tenga un plan multifacético que puede incluir medicamentos, manejo del estrés, reducción de la exposición a irritantes (por ejemplo, dejar de fumar), alimentación saludable y otros factores.
¿Qué alimentos componen una dieta antiinflamatoria?
Los alimentos pueden influir en la salud, incluida la inflamación. Es posible que hayas oído hablar de dietas antiinflamatorias que incluyen superalimentos con poderes especiales. Puede que te sorprenda saber que los patrones de alimentación que pueden ayudar a reducir la inflamación o mantenerla baja contienen todos los alimentos clásicos en los que pensamos cuando imaginamos una dieta saludable: frutas y verduras, cereales integrales, proteínas magras, grasas saludables, especialmente omega. -3 ácidos grasos y especias. Las dietas antiinflamatorias también recomiendan limitar el consumo de alimentos fritos, cereales refinados, bebidas azucaradas, carnes rojas y procesadas y alcohol.
Los alimentos que normalmente se recomiendan en las dietas antiinflamatorias incluyen:
- Aceite de oliva
- Verduras, como tomates y verduras de hojas verdes
- Nueces y almendras
- Pescados grasos, como salmón y caballa
- Fruta
- Legumbres
- Especias, como jengibre, cúrcuma y curcumina
- Yogurt
- Té verde
¿Qué dice la investigación?
Debido a que la conexión entre la inflamación y lo que comemos es complicada, la investigación está en curso. Sin embargo, algunas investigaciones demuestran que una dieta rica en propiedades antiinflamatorias puede mejorar la artritis reumatoide y la periodontitis. Además, las revisiones de investigaciones realizadas por el Departamento de Agricultura de los EE. UU. (USDA) para informar a los consumidores de las Guías Dietéticas de América muestran que comer cantidades recomendadas de alimentos como frutas, verduras, grasas saludables, cereales integrales y cantidades más bajas de carne roja y procesada, cereales refinados y bebidas endulzadas con azúcar pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas que tienen un componente inflamatorio, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
¿Sabías que las dietas mediterráneas y para detener la hipertensión (DASH) son ejemplos de dietas antiinflamatorias? Existe una sólida evidencia que respalda cada una de estas dietas en varios resultados de salud positivos. Velos aquí:
A pesar de la evidencia prometedora de que lo que comemos puede afectar la inflamación, ten cuidado con las afirmaciones de que una dieta antiinflamatoria puede curar completamente las enfermedades crónicas que se cree que son causadas por la inflamación. Desafortunadamente, estas afirmaciones son demasiado prometedoras.
En resumen
La dieta no es el único factor involucrado con la inflamación, pero elegir alimentos más saludables puede ayudar a reducirla o evitar que empeore. La dieta antiinflamatoria no debe verse como una panacea milagrosa, sino más bien como un estilo de alimentación que prioriza los alimentos que se sabe que benefician la salud. Estos alimentos también son los que se recomiendan en las Guías Alimentarias para los estadounidenses y el Mediterráneo y las Dietas DASH. Como siempre, es importante encontrar un patrón de alimentación saludable que te funcione. Si estás controlando la inflamación crónica, tienes que saber que la comida puede desempeñar un papel en el tratamiento y debe considerarse como una parte del plan integral de atención.