Por Alyssa Ardolino, RD | 21 de febrero del 2018
Última actualización 21 de febrero del 2018
Puntos a Destacar:
- Una nueva investigación de JAMA sugiere que ni una dieta baja en carbohidratos ni una dieta baja en grasa supera a la otra en términos de pérdida de peso.
- Aunque los hallazgos se suman al debate entre las diferentes dietas, también hay algunos hallazgos adicionales que vale la pena señalar, específicos para la densidad de nutrimentos y el desarrollo de una relación saludable con los alimentos.
- Si nos enfocamos en comer alimentos ricos en nutrimentos, escuchar nuestras señales de hambre y redefinir nuestra relación con la comida, tenemos algunas herramientas convincentes para usar en nuestra búsqueda de una mejor salud.
¿Baja en carbohidratos? ¿Baja en grasa? ¿Personalizada a tu ADN? Hay mucha exageración sobre qué dieta, si es que hay alguna, es la mejor para tu salud a largo plazo. Una nueva investigación de JAMA puede sugerir que ni una dieta baja en carbohidratos ni una dieta baja en grasa supera a la otra en términos de pérdida de peso. Además, los participantes en este estudio lograron un objetivo adicional: desarrollar una relación saludable con los alimentos. Estos hallazgos arrojan luz sobre cómo los comportamientos saludables, en lugar de centrarse exclusivamente en la pérdida de peso, pueden conducir a mejores resultados de salud, ¡así que echemos un vistazo al estudio!
Diseño de estudio y objetivos
El estudio incluyó a 609 adultos de entre 18 y 50 años con sobrepeso u obesidad, pero que por lo demás estaban sanos. Los participantes fueron aleatorizados a una dieta baja en grasas o baja en carbohidratos por un año. El estudio examinó el efecto de una dieta baja en grasas versus una dieta baja en carbohidratos, sobre el cambio de peso y también analizó si los patrones genéticos específicos o la secreción de insulina inicial estaban asociados con la pérdida de peso. La mitad del grupo se asignó al azar para disminuir significativamente la cantidad de carbohidratos que comieron, mientras que a la otra mitad se le redujo la grasa. Curiosamente, los participantes no recibieron asesoramiento sobre una ingestión calórica específica.
Además de modificar sus patrones de alimentación, los participantes se inscribieron en 22 clases de educación sobre la salud en las que se les aconsejó acerca de la elección de alimentos y el comportamiento. Por ejemplo, se instruyó a los participantes que minimizaran la ingestión de azúcares, harinas refinadas y grasas trans y a enfocarse en alimentos ricos en nutrimentos. También se les alentó a adoptar hábitos saludables, como cocinar en casa, comer a conciencia y sentarse a comer con los miembros de la familia.
Ya sea baja en grasas o baja en carbos…
Si bien los cambios de peso individuales variaron bastante, la pérdida de peso promedio en los dos grupos fue casi idéntica: cada grupo perdió un promedio de alrededor de 10 libras (4.5kg). Además, el estudio no encontró una relación entre los patrones genéticos y la pérdida de peso. Esto es particularmente interesante, dado el creciente interés en el campo de la nutrición personalizada, que tiene como objetivo proporcionar recomendaciones nutrimentales personalizadas basadas en factores genéticos, de estilo de vida y ambientales.
Todavía tenemos más que contarte
Aunque los hallazgos se suman al debate entre las diferentes dietas, también hay algunos hallazgos adicionales que vale la pena señalar, específicos para la densidad de nutrimentos y el desarrollo de una relación saludable con los alimentos. El estudio enfatizó el enfoque en alimentos ricos en nutrimentos, los cuales son altos en nutrimentos, pero relativamente bajos en calorías. Los ejemplos de alimentos ricos en nutrimentos incluyen frutas y verduras, granos integrales, productos lácteos bajos en grasa o sin grasa, mariscos, carnes magras, huevos, frijoles y nueces.
Si bien parte de la conversación en torno a este concepto y la aplicación de la densidad de nutrimentos enfrenta a alimentos integrales versus alimentos procesados, es un poco fuera de base. Sí, los participantes recibieron instrucciones de limitar azúcares, harinas refinadas y grasas trans y centrarse en alimentos ricos en nutrimentos, pero esto no significa que algunos alimentos procesados como productos congelados, pasta envasada, yogurt y frijoles enlatados, no fueran parte de sus dietas.
Además, el estudio no impuso restricciones estrictas de calorías a sus participantes (y no los hizo sentirse ansiosos con los alimentos). Se les enseñaron los fundamentos clave de la nutrición sin ser demasiado obsesivos sobre el control de calorías. Se hizo hincapié en comer sin ansiedad en lugar de preocuparse por si los alimentos ingeridos eran “lo suficientemente buenos”. Centrarse en los alimentos ricos en nutrimentos y dejar espacio para la complacencia, todo sin restricciones, son los componentes básicos de la alimentación intuitiva. Y este estudio demostró que pueden conducir a cambios significativos en los resultados de salud.
Tu relación con los alimentos es relevante
Este estudio descubrió casualmente que cuando trabajas para mejorar la relación de alguien con la comida, es menos probable que coma en exceso y que pierda peso. El Dr. Christopher D. Gardner, investigador principal, dijo al New York Times que las personas que perdieron más peso, reportaron que el estudio había “cambiado su relación con la comida”. ¡Tiene sentido! Enfocarse en la alimentación consciente, sentarse con la familia para disfrutar de una comida e incorporar alimentos que nos hagan sentir energizados sin controlar estrictamente la cantidad de gramos ingeridos de un alimento dado, crea una relación más sustentable con los alimentos. Sabemos que las dietas extremas no funcionan porque las personas no están destinadas a restringir, contar y analizar en exceso sus alimentos. Pero la gente podría recordar una clase de cocina que tomaron que les enseñó a preparar sus propios alimentos y los llenó de alegría y satisfacción por un trabajo bien hecho.
Comportamientos Saludables dan mejores Resultados de Salud
Este estudio no pudo determinar si una dieta baja en carbohidratos o baja en grasa era mejor para perder peso. Y está bien. El Dr. Gardner se hace eco de esto, declarando en la revista TIME: “No hay una sola dieta que alguien tenga que seguir”. Estas son buenas noticias porque la investigación muestra que la vergüenza y la extremada dieta a menudo provocan el aumento de peso. Como muestra este estudio, mejorar la relación con los alimentos y, al mismo tiempo, reducir la ansiedad o el miedo en torno a los alimentos, puede generar resultados de salud sostenibles.
Si reemplazamos el enfoque de la pérdida de peso con comportamientos saludables, como comer alimentos con mayor densidad de nutrimentos, escuchar nuestras señales de hambre y no sentirnos culpables con los alimentos, tenemos algunas herramientas atractivas para usar en nuestra búsqueda de una mejor salud.
Este blog incluye contribuciones de Megan Meyer, PhD.