Por FACTS Network | 20 de Sep del 2017
Última actualización 20 de Sep del 2017
“Cómete tus zanahorias, son buenas para la vista,” era lo que mi mamá siempre me decía.
Tenía razón, las zanahorias están llenas de carotenoides, incluyendo luteína, que ayudan a proteger contra la degeneración macular y de los dañinos radicales libres.
La luteína, junto con otros carotenoides, también se produce de forma natural en las yemas de huevo y las verduras de hojas verdes oscuras, como la espinaca y la col rizada.
Sin embargo, en los últimos años, la luteína ha sido elegida para, posiblemente, más beneficios para la salud que simplemente protección contra la ceguera (que parece bastante bueno por sí sólo, si me los preguntas).
Blogs y otros sitios en la web, citan la investigación declarando sus poderes contra la luz azul (de pantallas electrónicas), aterosclerosis (una causa común de ataques cardíacos), diabetes, inflamación, daños en la piel y – el más atractivo de todos – aumento de la longevidad. Muchos recomiendan que se tome como un suplemento para absorber la máxima cantidad posible y obtener sus efectos al máximo.
Aquí es donde cualquier persona que busca la píldora milagrosa, necesita comenzar medir sus esperanzas y proceder con precaución.
Se ha demostrado en innumerables estudios que la luteína está presente y es necesaria para una óptima función ocular. De hecho, ayuda a filtrar (enfatiza en la ayuda y no detiene completamente) la luz azul en nuestros ojos. Sin embargo, todavía no se ha demostrado de manera concluyente que los mismos efectos sean posibles cuando la luteína se toma como suplemento en lugar de consumirse como parte de un alimento.
En términos de diabetes, la luteína de los alimentos o suplementos no la curará, pero puede ayudar a prevenir el daño de la retina que conduce a la ceguera causada por la diabetes. Y hoy, la diabetes sigue siendo la principal causa de ceguera en los Estados Unidos.
Además de mantener nuestros ojos sanos, la luteína, como antioxidante, puede ayudar a reducir los efectos de los radicales libres en la piel y otras áreas del cuerpo, reduciendo el daño y la inflamación. Sin embargo, ningún antioxidante (luteína o de otro tipo) posiblemente pueda prevenir todo el daño inducido por los radicales libres que se producen en el cuerpo.
La luteína no va a curar ninguna enfermedad por sí sola, pero, si se consume (sobre todo de los alimentos) con regularidad y dentro de un estilo general de alimentación saludable, puede ayudarnos a llevar una vida más sana (y potencialmente más larga).
Este blog fue escrito por Julia Werth, una pasante de dietética de la Universidad de Maryland.