En los últimos años, los términos “microbioma” y “salud intestinal” han irrumpido en la conciencia pública debido a un aumento en las investigaciones científicas recientemente publicadas, la cobertura de los medios, las tendencias de salud y bienestar y la innovación de productos de alimentos y bebidas. Curiosamente, los datos de Google Trends muestran una fuerte inclinación en la cantidad de personas que buscan “microbioma”, lo que indica un aumento constante en la conciencia pública y la curiosidad sobre qué factores afectan nuestra salud intestinal.
El tracto gastrointestinal alberga billones de microbios, denominados colectivamente microbioma intestinal. La cantidad y los tipos de bacterias que se encuentran en nuestro tracto gastrointestinal y en todo nuestro cuerpo pueden variar drásticamente de persona a persona, y ha habido cierto debate sobre lo que constituye un microbioma humano “saludable”. Específicamente, existe un gran interés en el impacto en la salud del consumo de alimentos ricos en fibra, incluidas frutas y verduras, en el microbioma intestinal. Los investigadores centrados en el microbioma intestinal examinan exhaustivamente cómo las elecciones dietéticas pueden afectar el perfil microbiano intestinal, incluida la influencia de los prebióticos y probióticos de los alimentos y bebidas.
Este nuevo y emergente campo de investigación ha arrojado luz adicional sobre el hecho de que comer más frutas y verduras es importante para obtener resultados positivos para la salud. Si bien esta conexión puede no ser sorprendente, es problemática si consideramos que la mayoría de las personas no consumen la cantidad recomendada de frutas y verduras.
El Seminario web de expertos del Concejo Internacional de Información Alimentaria (IFIC), “¿Una manzana al día? Investigaciones Emergentes Sobre El Impacto De Las Frutas, Verduras y Fibra En El Microbioma Intestinal”, exploró cómo los alimentos ricos en fibra, incluidas las frutas y verduras, impactan el microbioma intestinal, así como nuevas investigaciones sobre la composición diversa de la disponibilidad de prebióticos y probióticos en las frutas y hortalizas y posibles impactos positivos para la salud.
Estas son las principales conclusiones del seminario web, en el que participaron la Dra. Katrine Whiteson y el Dr. Wisnu Wicaksono (del laboratorio del Dra. Gabriele Berg):
La fibra es importante para la salud intestinal y necesitamos más.
Un patrón de alimentación saludable incluye cantidades adecuadas de fibra de diversas fuentes. Sin embargo, una gran mayoría de personas no consumen la cantidad recomendada, principalmente debido al bajo consumo crónico de frutas, verduras y cereales integrales. Afortunadamente, la mayoría de los alimentos ricos en fibra contienen una combinación de tipos de fibra, por lo que es relativamente fácil obtener diversas variedades en las comidas o refrigerios si te concentras en aumentar la ingestión general de fibra.
Consumir una diversidad de fuentes de fibra de plantas y alimentos fermentados puede mejorar la calidad de la dieta y la salud intestinal.
Una gran cantidad de evidencia científica demuestra que la ingestión adecuada de fibra dietética proveniente de alimentos vegetales que contienen carbohidratos tiene varios beneficios para la salud, incluido el mantenimiento de un tracto gastrointestinal saludable y un riesgo reducido de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Las principales fuentes alimenticias de fibra dietética, que representan el 85% de la fibra en el suministro de alimentos de los EE. UU., son los productos de cereales, verduras, legumbres, nueces, soya y frutas. Las Guías Alimentarias para los estadounidenses recomiendan comer una mezcla de estos alimentos.
¡La biodiversidad del suelo impacta los microbiomas de las plantas y también tu microbioma!
El suelo comprende su propio microbioma. Mantener la salud del suelo y la biodiversidad respalda la diversidad de cultivos en el sistema alimentario junto con los nutrimentos relacionados y los microbios beneficiosos que se encuentran en los cultivos. Por tanto, el microbioma del suelo influye en la disponibilidad de alimentos que pueden mejorar los perfiles de nuestro microbioma intestinal y nuestra salud. El trabajo de los agricultores es evaluar y mejorar continuamente las prácticas agrícolas para apoyar la salud del suelo y aumentar la biodiversidad.
Los probióticos y prebióticos que se encuentran en frutas, verduras y alimentos fermentados ofrecen una serie de beneficios para la salud.
Dos partes de nuestra dieta que tienen la capacidad única de afectar el microbioma son el consumo de probióticos y prebióticos. Según la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos, “los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud [de los seres humanos]”. Las bacterias probióticas procesan los prebióticos como combustible y, en conjunto, esta relación podría mejorar la salud de nuestro microbioma intestinal. Y aunque todavía no sabemos cuál es la cantidad “ideal” de ingesta diaria de prebióticos o probióticos, los microbios asociados a las plantas proporcionan una fuente potencial única de microbios beneficiosos para agregar a nuestro microbioma intestinal.
Los consumidores se preocupan por cómo se cultivan sus alimentos y muchos evitan las frutas y verduras debido a la preocupación por el uso de pesticidas en la producción de alimentos.
La Encuesta Destacada de IFIC: Percepción Pública de los Pesticidas y el Consumo de Productos Agrícolas encontró que el 91% de las personas consideran cómo se cultivan los alimentos al tomar decisiones sobre alimentos y bebidas. De este grupo, el 60% señala el uso de pesticidas como una preocupación en el cultivo de alimentos. Cuando se les preguntó si alguna vez habían decidido no consumir ni comprar alimentos debido a preocupaciones sobre los pesticidas, casi el 60% dijo “sí”; casi el 3 % dijo “no”; y otros “no estaban seguros”. Las verduras y las frutas son los principales grupos de alimentos que se evitan debido a problemas con los pesticidas. Por lo tanto, informar a los consumidores sobre la seguridad de nuestro sistema alimentario y la regulación de las técnicas de protección de cultivos debe seguir siendo una prioridad para los comunicadores de ciencia alimentaria, seguridad alimentaria y nutrición al formular planes de divulgación pública que fomenten el consumo de frutas y verduras.