No odies el glifosato, mejor platiquemos

Por Tamika Sims, PhD | 17 de nov 2016
Última actuaización Feb 01 2017

Esta semana, los autoproclamados “expertos” del producto de consumo, publicaron un informe que examinaba la presencia de residuo de glifosato, un herbicida que es ampliamente utilizado por los productores (ya que es el ingrediente principal de muchos herbicidas comerciales, como Roundup) en una variedad de alimentos comunes. Antes de “unirse al frenesí” que estos grupos y otros están tratando de crear, vamos a darle lógica a la conversación y hacer y responder a algunas preguntas sencillas.

¿Qué es el glifosato?

El glifosato es un herbicida que se ha utilizado para la protección de cultivos desde 1974. Es ampliamente utilizado porque no es tóxico para los seres humanos y los animales; No persiste en el medio ambiente; Y es notablemente eficaz para el control de malezas a gran escala, lo que aumenta el rendimiento y la calidad de los cultivos, reduce la erosión del suelo y mejora la eficiencia de la cosecha. Como uno de los compuestos agrícolas más ampliamente utilizados, ha sido objeto de numerosos experimentos de investigación toxicológica. Durante los últimos 40 años, la seguridad del glifosato ha sido revisada y confirmada por la ciencia y múltiples agencias gubernamentales. Los hallazgos de estas revisiones revelan que el glifosato no es un carcinógeno, un perturbador endocrino, ni un tóxico para el desarrollo.

¿No se regula el uso del glifosato?

Estos “expertos” quieren que creamos que el glifosato se usa irresponsablemente y que el gobierno no está involucrado en la supervisión y regulación de nuestro sistema alimentario, pero eso no podría estar alejado de la verdad. El uso de plaguicidas está estrechamente controlado y regulado por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). Además, estas agencias aseguran que no consumimos residuos de plaguicidas a niveles dañinos.

¿Se ha examinado la seguridad y el potencial impacto en la salud de la exposición al glifosato?

Sí, una y otra vez. Recordarás la conclusión científicamente controvertida de marzo de 2015 de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que clasificó el glifosato como “posible carcinogénico”. Sin embargo, en noviembre de 2015, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó una revisión exhaustiva que concluyó que es “poco probable que el glifosato represente un peligro carcinogénico para los seres humanos.” Y en septiembre de 2016, el informe final de la Oficina de Programas de Plaguicidas de la EPA sobre el glifosato, concluyó: “No hay nada que apoye la “evidencia sugestiva de un potencial carcinogénico”, basado en el peso de la evidencia. “También en mayo de 2016, El Grupo de Expertos sobre Residuos de Plaguicidas en los Alimentos y el Medio Ambiente de la Organización de Agricultura (FAO) y el Grupo de Evaluación Central de Residuos de Plaguicidas (JMPR) de la Organización Mundial de la Salud, concluyeron que era poco probable que el glifosato representara un riesgo carcinogénico para los seres humanos debido a la exposición por la dieta.”

Entonces, ¿qué significa esta nueva “investigación”?

En primer lugar, seamos claros de que este informe de productos de consumo no es una investigación revisada por pares, el método estándar que se utiliza para publicar nuevos descubrimientos científicos. Aunque el informe declara que los métodos fueron realizados por un laboratorio “registrado por la FDA” (lo cual no significa que la FDA respalde los resultados de este estudio ni le otorga credibilidad formal), los hallazgos del informe pasan por alto alguna información importante sobre la seguridad del glifosato y sobre la posible exposición a los residuos de plaguicidas a través del consumo de alimentos o de otra manera. Además, al revisar los “datos” sobre los niveles reportados de glifosato en el alimento listado, se debe considerar si los niveles de glifosato han sido medidos por un método científicamente confiable, si las muestras fueron manipuladas y tratadas apropiadamente y si las medidas tienen alguna relevancia para un problema de salud.

Conclusión

Debido a que los métodos experimentales del informe, el enfoque de investigación y los hallazgos computacionales no han sido revisados científicamente o apoyados por USDA, EPA o FDA, sugerimos que este tipo de información se tome “con un gran grano de sal”. En su lugar, sé un lector informado y confía en fuentes creíbles de información que se benefician de décadas de investigación científica sobre nuestro suministro de alimentos.

Este blog incluye contribuciones de la Dra. Megan Meyer, PhD en inmunología nutrimental.