Poniendo a la IARC en perspectiva

Por Jacob Farr | Jun 15 2016
Última actualización 20 Jun 2016

Un vasto cuerpo de información e investigación ha crecido en cuanto al cáncer. Pero durante varias décadas, la enfermedad fue, en el mejor de los casos, un misterio. Esto dio lugar a organizaciones de búsqueda de conocimiento como la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés).

A mediados de los años sesenta, un grupo de figuras públicas francesas convenció a su presidente de formar una organización con el propósito de explorar el cáncer. La IARC finalmente se formó como una rama debajo de la Organización Mundial de la Salud. Desde entonces, el grupo ha hecho declaraciones audaces tales como que las carnes procesadas son probablemente carcinogénicas para los seres humanos. Podría ser útil explorar cómo se hacen estas clasificaciones y el peso que llevan.

La primera parte del proceso es decidir qué evaluar. El grupo investiga una amplia gama de posibles causantes del cáncer (comúnmente llamados agentes). Estos van desde hábitos personales hasta químicos, principalmente de exposiciones ocupacionales y ambientales. La IARC tiene una comunidad de expertos que prioriza qué evaluar.

Una vez que se haya decidido un agente, se lleva a cabo una evaluación por un grupo de trabajo formado por expertos en el tema. De manera similar a la decisión del próximo papa, tienen su propio cónclave y se reúnen durante ocho días en Lyon, Francia. Primero se dividen en cuatro grupos e independientemente evalúan los siguientes componentes: (1) situaciones de exposición; (2) evidencia epidemiológica (buscando relaciones entre exposición y cáncer en poblaciones más amplias); (3) estudios experimentales en animales (exposición directa de un animal al agente y medición del resultado); Y, (4) una investigación mecanicista (cómo el agente conduce al desarrollo del cáncer). Casi podría reducirse hasta dónde, cuándo y cómo,  entre el cáncer y el agente.

Luego, los grupos se reúnen en la última parte y forman un consenso sobre cómo el agente debe ser clasificado. Los resultados y el razonamiento se publican en lo que se denomina monografía. A las pocas horas del lanzamiento, una ola de historias mediáticas le siguen.

La IARC es considerada por algunos, como una voz creíble e influyente respecto al cáncer. Pero, por lo regular, el resultado de las clasificaciones  se transforman en declaraciones locas, como por ejemplo: “Las carnes procesadas se alinean junto con el tabaquismo, como una causa de cáncer”. Esto se debe a que cuando la IARC clasifica a un agente, no evalúa el riesgo. Ellos toman una decisión basada en el peligro.

El riesgo sería la probabilidad de causar cáncer. El peligro en sí, tiene el potencial de causar cáncer. Esta es una diferencia imperativa que rara vez se convierte en esos artículos exagerados. La IARC es transparente sobre su proceso de clasificación y esta distinción. Pero en la época de sólo 140 caracteres o menos, este detalle se omite en el eco de Internet. Por esta razón, encontrarás los “likes” sobre la exposición a la luz solar en la misma categoría que fumar, a pesar de la extrema diferencia en los riesgos asociados.

Con la revisión de más de 900 agentes en los últimos 50 años, sólo uno de ellos fue clasificado como posible no carcinogénico para los seres humanos. Si la IARC decide evaluar algo, es probable que escuches historias sobre ese tema que causa cáncer. La IARC desempeña un papel en ser un grupo de conocimiento orientado a la ciencia, cuando se trata de peligros relacionados con el cáncer. Pero debemos tomar los resultados con un grano de sal, que, por cierto, también está programado para ser revisado por la IARC.