Por Tamika Sims, PhD
6 de abril, 2021
“¡Acábate tus verduras!” es algo que muchos de nosotros recordamos haber escuchado mientras crecíamos. Ya sea que lo hayas escuchado de tus padres, abuelos o incluso de tu pediatra, este consejo (o, en algunos casos, un requisito) se basa en un principio que sigue siendo importante para nuestra educación nutrimental incluso en la edad adulta. Asegurarse de consumir abundantes frutas y verduras todos los días ayuda a promover la buena salud durante toda nuestra vida. Pero, así como podría ser difícil terminarse esas verduras en nuestro plato cuando éramos niños, puede ser difícil seguir esta pauta aun siendo adultos; muchos de nosotros todavía no conseguimos una ingestión adecuada de productos agrícolas.
Las Guías Alimentarias para estadounidenses 2020-2025 fomentan un mayor consumo de frutas y verduras debido al hecho de que “casi el 90 por ciento de la población de EE. UU. no cumple con la recomendación de vegetales” y “aproximadamente el 80 por ciento de la población de EE. UU. no cumple con las recomendaciones de frutas”. Incluso si no te sorprende que muchos de nosotros no “logremos la mitad de [nuestros] platos de frutas y verduras” (como recomiendan las Guías Dietéticas), existen muchos consejos sencillos para incorporar más de estos alimentos saludables en rutina diaria.
Cuando comiences con la cruzada de consumo de frutas y verduras, es importante saber cómo manipular los productos frescos de manera segura. Si bien muchos de nosotros podemos optar por frutas y verduras congeladas o enlatadas (que son convenientemente estables en almacenamiento y aún tienen un gran impacto nutrimental), las temperaturas más cálidas de la primavera y el verano pueden justificar un agradable paseo por su sección de productos locales o un viaje al mercadito de agricultores de barrio. Repasemos algunos recordatorios sobre cómo manipular productos frescos de forma segura.
Llenando tu carrito de compras
Las Guías Alimentarias actuales enfatizan que sus “recomendaciones pueden ‘reconocer la situación en que la gente se encuentra’, desde las preferencias personales hasta los hábitos alimentarios culturales, e incluir consideraciones presupuestarias”. Entre los esfuerzos de las Guías para reflejar la diversidad cultural, geográfica y económica de los EE. UU., se encuentra la creencia de que tanto los productos cultivados convencionalmente como los orgánicos son opciones saludables. Es decir, ninguna de las opciones es superior en seguridad o valor nutrimental. Tanto las técnicas agrícolas orgánicas como las convencionales utilizan pesticidas para protegerse de plagas como insectos, malas hierbas y microbios. Sin embargo, los agricultores orgánicos utilizan una lista de pesticidas aprobada por el Departamento de Agricultura de los EE. UU. (USDA) que están específicamente designados para declarar que los productos de esa granja son orgánicos. En particular, el uso de pesticidas en todas las granjas es monitoreado y regulado de cerca por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) y el USDA. La FDA y el USDA comparten la responsabilidad de monitorear los niveles de residuos de pesticidas en los alimentos; estas agencias trabajan para asegurar que los residuos de pesticidas, si están presentes, estén dentro de niveles seguros (según lo determinado por la EPA) tanto para adultos como para niños, con informes públicos sobre estos niveles publicados anualmente.
Si bien todos los productos que se compran en los EE. UU. deben ser seguros desde el punto de vista de los pesticidas, existen algunas pautas adicionales a considerar al comprar frutas y verduras. Los consejos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) incluyen elegir productos que no estén magullados ni dañados. Los productos magullados a menudo pueden estar a punto de echarse a perder o ya pueden estar estropeados. Además, la piel quebrada o las cáscaras de los productos pueden permitir que la fruta se contamine con plagas microbianas. Los CDC también advierten que al elegir frutas y verduras precortadas, es mejor elegir aquellas que se hayan mantenido frías al refrigerarlas o colocarlas en hielo.
Frutas y Verduras en casa
Entonces, ¿qué deberías hacer con tus productos frescos cuando llegues a casa, antes de que te los comas? Sencillo: simplemente enjuágalo con agua corriente limpia (a menos que lleves productos preenvasados que indiquen que el contenido ya se ha lavado). Tener acceso a agua limpia es el primer paso para eliminar de manera segura cualquier contaminante, incluida la suciedad, los microbios (como Salmonella y Campylobacter, que pueden causar enfermedades transmitidas por los alimentos) o los residuos persistentes de pesticidas. También debes asegurarte de lavar los productos que tengan cáscara, incluso si planeas desecharlos. Las recomendaciones de los CDC sobre cómo lavar sus productos incluyen:
- Evita lavar frutas y verduras con jabón, detergente o productos comerciales. No es recomendable. Además, nunca usar soluciones de lejía u otros productos desinfectantes en los alimentos (estos productos químicos pueden hacer que te enfermes gravemente si se ingieren).
- Quita las áreas dañadas o magulladas de los productos antes de prepararlos o comerlos.
- Hay que secar las frutas y verduras con una toalla de papel limpia después de que hayas terminado de lavarlas.
Ahora que tus frutas y verduras están limpias, puede estar listo para prepararte algo o tomar un refrigerio. Además de lavarlos, también debes asegurarte de preparar las frutas y verduras con las manos y los utensilios limpios. Es de destacar que hay dos pasos más de manipulación segura que debes recordar: separar y enfriar. Los productos deben almacenarse y prepararse por separado de las carnes, aves y mariscos crudos. Esto significa que los utensilios de preparación que se usan al preparar los productos y las partes de proteína animal de las comidas, como tablas de cortar y cuchillos, también deben usarse por separado. Finalmente, hay que refrigerar (o congelar) las frutas y verduras en un recipiente cerrado dentro de las dos horas posteriores a cortarlas, pelarlas o cocinarlas (o dentro de la siguiente hora si la temperatura atmosférica es de 90 ° F o más). Además, es buena idea controlar regularmente la temperatura del refrigerador y congelador con un termómetro para electrodomésticos. El refrigerador debe establecerse a 40 ° F o menos y el congelador a 0 ° F o menos.
Esperamos que estas pautas y consejos te ayuden a mejorar tu camino hacia la preparación de platillos saludables llenos de frutas y verduras.