Por Tamika Sims, PhD

22 de abril, 2021

Para el Día de la Tierra de este año, es probable que muchos de nosotros estemos pensando en nuestra salud, medios de vida y seguridad, y en cómo los recursos naturales de nuestro planeta nos ayudan a sostenernos a través de innovaciones en la agricultura y otros campos. Los agricultores no se toman a la ligera el uso de los recursos naturales de energía, agua y suelo para producir alimentos para que los comamos; de hecho, la tecnología agrícola ha avanzado de muchas formas para reducir el agotamiento de estos recursos. Entre estos avances más amigables con la Tierra se encuentran las técnicas de protección de cultivos que aprovechan los pesticidas naturales producidos por las plantas para protegerse de las plagas. Estas sustancias de origen natural se denominan bio-plaguicidas o productos biológicos. Los productos biológicos son un excelente ejemplo de cómo los agricultores utilizan los mecanismos de defensa naturales para mejorar la productividad y minimizar el uso de productos químicos artificiales, ahorrando energía y reduciendo los impactos ambientales de los productos químicos. ¿Nunca has oído hablar de los biológicos? Vamos a sumergirnos.

Biológicos: Antecedentes

Los bio-plaguicidas son productos derivados de organismos vivos o productos metabólicos de organismos (como plantas y microbios) que suprimen o controlan plagas como malas hierbas, insectos y patógenos de plantas (incluidas bacterias, hongos, virus y otros microbios). La Agencia de Protección Ambiental (EPA) señala que los biológicos también incluyen “microorganismos que controlan plagas (pesticidas microbianos) [y] sustancias pesticidas producidas por plantas que contienen material genético agregado (protectores incorporados a las plantas) o PIP”.

Los bio-plaguicidas tienen varios modos de acción diferentes. Estos incluyen la producción de metabolitos tóxicos que pueden evitar que una plaga viva y se multiplique y la producción de sustancias que cambian la fisiología de la planta para inhibir directa o indirectamente la actividad de la plaga (como la producción de sustancias que “atan” los nutrimentos clave que necesita la plaga).

Todas las granjas deben seguir las normas de seguridad del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la EPA para cosechar cultivos. Estas pautas gobiernan todos los alimentos por igual, sin importar qué métodos de protección de cultivos se adapten a cada granja, e incluyen granjas que usan pesticidas sintéticos o biológicos.

Al igual que con los pesticidas sintéticos, la EPA siempre realiza revisiones científicas sistemáticas para garantizar que los pesticidas biológicos registrados no dañen a las personas ni al medio ambiente. Si bien estos productos pesticidas naturales han demostrado ser una forma práctica y segura para que los agricultores cultiven más de los excelentes alimentos que disfrutamos, también existe un sistema para ayudar a categorizar aún más los productos biológicos y cómo tratan eficazmente las plagas: el Proyecto Interregional Número 4 (IR-4). IR-4 ha desarrollado una base de datos que permite a los agricultores buscar bio-plaguicidas y productos orgánicos que controlen plagas específicas. Además, el IR-4 también tiene un Programa de Apoyo Orgánico y Bio-pesticidas que trabaja para expandir el desarrollo y la disponibilidad de bio-plaguicidas para su uso en los sistemas de manejo de plagas para varios tipos de cultivos.

¿Cómo se acomodan los productos biológicos en la caja de herramientas de un agricultor?

Los pesticidas (biológicos o sintéticos) son una de las muchas herramientas que usan los agricultores para proteger sus cultivos, de manera similar a la cantidad de pesticidas que usamos para proteger las plantas en nuestros propios jardines (piensa en rociadores de aceite vegetal caseros o tratamientos comprados en una tienda). Tanto los agricultores convencionales como los orgánicos intentan controlar insectos, malezas, hongos o enfermedades utilizando una variedad de métodos y herramientas. Las herramientas como productos biológicos u otros pesticidas pueden ser componentes clave en el programa de Manejo Integrado de Plagas (MIP) de un agricultor, una combinación de técnicas empleadas para asegurar la productividad de los cultivos y la reducción de plagas ambientalmente sostenible para cultivos convencionales y orgánicos. El establecimiento de un MIP ayuda a los agricultores a saber cuándo o si se necesitan pesticidas, qué cantidad de tratamiento se requiere y cuál es la mejor forma de tratamiento para eliminar estratégicamente las plagas. Debido a que los programas de MIP se enfocan en ser ambientalmente sostenibles, los agricultores a menudo buscarán productos biológicos para apoyar su manejo de plagas mientras implementan sus programas de MIP.

Lo que constituye el programa de MIP de un agricultor puede variar de una granja a otra, pero hay cuatro elementos básicos que son firmes según la EPA:

• 1 – Umbrales de acción

Establecer un umbral de acción, un punto en el que las poblaciones de plagas o las condiciones ambientales indican que se justifica la acción de control de plagas, es el primer paso para establecer un MIP. Este umbral le dice al agricultor cuándo deben promulgarse las medidas de protección. Ver un insecto o una mala hierba no significa que se necesite un tratamiento inmediato de plagas.

• 2 – Monitorear e Identificar las Plagas

También es crucial observar con precisión los niveles y tipos de plagas que influyen en los cultivos. No todos los insectos, malezas y otros organismos vivos requieren control. Muchos de estos no son dañinos y algunos son útiles.

• 3 – Prevención

La prevención de amenazas es un atributo adicional de los programas de MIP para cultivos. La prevención puede basarse en métodos culturales como la rotación de cultivos, la selección de variedades de cultivos resistentes a las plagas y la plantación de portainjertos libres de plagas.

• 4 – Control

Si la finalización de los pasos 1 a 3 muestra que se requiere control de plagas, los programas de MIP seleccionarán un método de control eficaz y preciso, como el uso de productos químicos altamente específicos como feromonas para interrumpir el apareamiento de plagas o controles mecánicos como poner trampas o deshierbar.

Si los pasos preliminares del MIP no son efectivos, entonces el MIP pedirá al agricultor que repita los pasos enumerados anteriormente. Sin embargo, el siguiente paso de control incluirá nuevos métodos de control de plagas (como el rociado de pesticidas).

Este Día de la Tierra, IFIC está especialmente agradecido por las cajas de herramientas bien equipadas que los agricultores tienen a mano. Tener una cadena de suministro de alimentos abundante y confiable depende de una variedad de técnicas de control de plagas nuevas y probadas a lo largo del tiempo, incluida el área en continuo desarrollo de los bio-plaguicidas. No es un estímulo ligero para los agricultores garantizar la productividad de los cultivos, pero ciertamente es muy apreciado.